Tour San Pedro de Atacama Chile

Recorriendo el Rí­o Loa: desde el  valle de Lasana hasta los geysers.

En esta ruta del Loa podrás conocer el pukará de Lasana hasta llegar a los míticos Geysers del Tatio en San Pedro de Atacama.
 

El Rio Salado se anexa al Loa antes de su llegada al pueblo de Lasana, conformando sectores de extensas vegas de pastoreo para el ganado de los habitantes de Toconce, Caspana y Ayquina; las más famosas de ellas son las vegas de Turi y de Ayquin.
 

Sobre un acantilado frente al río Loa, aledaño al pueblo de Lasana, se ubica una de la reliquia más importante y mejor conservada de la cultura atacameña, el Pukará de Lasana, antigua fortaleza indígena, levantada en el siglo XII.



 

Cercano a este pukará, en los aleros de las gigantescas rocas que encajonan el valle, se construyó el Museo Indígena Atacameño Alto Loa Valle de Lasana; que ha concitado gran interés en cientos de turistas, investigadores y sobre todo delegaciones de estudiantes que visitan la zona. En sus salones se presenta la evolución del pueblo Licanantay en la zona, con sus distintas influencias, como Tiawanaku e incaica; una muestra que dilucida el legado de las distintas ocupaciones de uno de los desiertos más áridos del mundo, complementando lo que ya se expone en el Museo Arqueológico de San Pedro de Atacama.
 

Ubicado al noroeste de Calama, este fue uno de los tramos más usado por los incas como ruta de tránsito hacia Bolivia enmarcada por la cuenca de los ríos Loa y Salado- y donde es posible encontrar hermosos pueblos, antiguas iglesias y paisajes sobrecogedores, una zona mucho menos explotada que tramos más conocidos de este patrimonio sudamericano.
 

La ruta sube junto al río Salado, un trayecto en que destacan tres localidades en el sinuoso camino hacia la precordillera; el primero es Caspana, de hermosas casas de piedra labradas en canteras y techos de paja y barro; acá el museo etnográfico local posee una muestra de los antiguos habitantes del lugar.
 

Al este de Caspana, por un tramo de 40 km aproximadamente, se llega a los famosos Geyser del Tatio, alrededor de 80 fumarolas, mezcla de gases y vapores que surgen por las grietas a unos 86ºC de temperaturas.
 

Tras 15 kilómetros por el profundo cañón aparece, Ayquina, cuya arquitectura atacameña continúa la línea de piedra y paja de Caspana. La influencia incaica se deja ver en su sistema de cultivo en terrazas.
 

En Ayquina viven 40 personas todo el año. Cifra que cambia a principios de septiembre, cuando el pueblo recibe a 70 mil personas en la fiesta de la Virgen de Guadalupe. Una celebración que data de 1646, muy similar a la de La Tirana.
 

El último de los poblados es Turi. Hoy, un pequeño caserío rodeado de enormes montañas, dedicado a la crianza de camélidos y cabras, productor de un excepcional queso de cabra.

 
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